En la Escuela Deportiva de Ovejería, la diversidad cultural se vive a diario. Hoy, cerca del 35% de su matrícula corresponde a estudiantes migrantes, en su mayoría provenientes de Haití. Este contexto llevó al establecimiento a buscar soluciones creativas frente a la barrera idiomática que, en muchos casos, dificultaba el aprendizaje y la integración social. Así nació un convenio de colaboración con la Alianza Francesa de Osorno, cuyo objetivo es enseñar francés a niños haitianos, ayudándoles a mejorar su inserción escolar y, al mismo tiempo, generar un puente cultural con sus pares chilenos.
El proyecto comenzó en marzo con 15 estudiantes de primer y segundo ciclo, todos de origen haitiano, aunque rápidamente sumó también a escolares chilenos interesados en aprender la lengua gala. Hoy, el número de participantes casi se ha duplicado. “Es importante comprender que aquí no solo se enseña un idioma, sino que se construyen oportunidades para la inclusión”, señaló Aurora Leiva, directora de la Escuela Deportiva.
La iniciativa surgió tras un diagnóstico interno que reveló profundas diferencias en las trayectorias escolares del alumnado migrante. “Hay niños que nunca fueron a la escuela en Haití y otros que sí, por eso encontramos niveles muy dispares. Los más complejos son los estudiantes de segundo ciclo, sobre todo séptimo y octavo, que han llegado recientemente y no manejan ni una palabra de español”, agregó la docente.
¿Por qué francés y no reforzamiento en castellano? La respuesta está en la realidad haitiana. “En Haití, la escolarización formal se hace en francés. Los niños que logran comunicarse en ese idioma tienen algo de base académica; quienes no, generalmente nunca asistieron a clases”, explicó Leiva.
Una alianza con visión de futuro
Para dar respuesta a esta necesidad, la Alianza Francesa se sumó al proyecto con una estrategia en dos tiempos. Así lo detalló su director, Patrick Puigmal: “Queríamos una acción rápida de intervención con los estudiantes, pero también una acción de largo plazo que permita a la escuela contar con docentes capacitados en francés”.
En esa línea, cuatro profesores del establecimiento iniciarán en agosto una formación certificada en la Alianza Francesa, gracias a becas gestionadas con el patrocinio de la firma láctea Colun, empresa que además financió la pasantía de la joven francesa Idgie Mathieu, encargada de liderar los talleres iniciales. “Este es un apoyo fundamental, porque garantiza la continuidad del proyecto más allá de esta primera etapa”, recalcó Leiva.
Puigmal añadió que la enseñanza del francés es solo un medio: “Al final, lo que buscamos es integración. El idioma es una herramienta para que los niños puedan expresarse, sentirse parte y progresar en su escolaridad”.
Historias que transforman
Durante varios meses, Idgie Mathieu compartió con los estudiantes y fue testigo de su evolución: “El primer taller fue muy difícil; no querían leer ni escribir. Pero la semana pasada hicimos un dictado y todos participaron. Para mí eso fue una victoria”, comentó emocionada. Antes de partir, la joven destacó la riqueza de esta experiencia: “Ha sido enriquecedora en lo personal y profesional. Contribuir a que niños con historias difíciles puedan integrarse es algo muy valioso”.
El proyecto también suma otras dimensiones creativas. El violinista Felipe Caniulado, miembro del cuarteto Raulí de la Alianza Francesa, incorporó la música como apoyo al aprendizaje. “La idea es que el idioma entre también a través de la música, con dinámicas rítmicas y juegos que hagan la experiencia más atractiva”, explicó.
Asimismo, la estudiante Rosario Ulloa, del Colegio Francés, colabora en la corrección y traducción durante las clases. “Me gusta ayudarlos, corregir palabras y explicar lo que no entienden. Ha sido muy gratificante”, señala.
Resultados visibles
Uno de los logros más destacados es el cambio en la convivencia escolar. “Hace dos meses, los haitianos estaban por un lado y los chilenos por otro. Hoy los ves jugando juntos, tomados de la mano. Eso demuestra que estamos avanzando en integración real”, afirmó Puigmal.
El próximo semestre se implementarán talleres específicos de lectura y escritura en castellano, complementando el trabajo iniciado. Para la directora Leiva, la meta es clara: “No queremos que esto termine este año. Este es un proyecto innovador que llegó para quedarse, porque apunta a la equidad y la inclusión, valores esenciales en nuestra comunidad educativa”. Este proyecto se enmarca en las directrices del alcalde Jaime Bertin, orientadas a fortalecer una educación pública inclusiva y con igualdad de oportunidades para todos y todas. El Departamento de Administración de Educación Municipal (DAEM) de Osorno trabaja permanentemente para garantizar calidad educativa, fomentar la integración social y desarrollar iniciativas que promuevan la equidad en los establecimientos municipales de la comuna.